APLICACIÓN: Bálsamo caliente para preparar y recuperarse después del ejercicio
22 septiembre 2022
Como cualquier atleta, el cuerpo del caballo requiere un calentamiento riguroso antes de cualquier esfuerzo, seguido de una recuperación supervisada. Antes de abordar la nutrición equina y los cuidados que se deben aplicar antes y después del ejercicio, es necesario comprender el funcionamiento del cuerpo y los músculos de un caballo durante el esfuerzo físico.
Al igual que en los humanos, los músculos de los caballos están formados por diferentes fibras musculares que funcionan de manera diferente y utilizan diferentes energías: glucógeno (glucosa), lípidos. Algunas fibras utilizan oxígeno, por lo que funcionan aeróbicamente. Estas fibras degradan completa o casi completamente los lípidos o hidratos de carbono, sin generar residuos en el organismo. Estas fibras son populares para esfuerzos prolongados o para caminar. Otras fibras, en cambio, funcionan anaeróbicamente, sin oxígeno o muy poco. Muy ricos en hidratos de carbono, permiten una contracción muy rápida del músculo y, por lo tanto, son responsables de poderosos esfuerzos a corto plazo. En ausencia de oxígeno, la combustión de los carbohidratos no puede ser completa, por lo que se liberan productos de desecho en las células musculares: ácido láctico.
Gracias a esta diversidad muscular, el músculo es capaz de realizar diferentes esfuerzos en cuanto a resistencia, intensidad, duración, etc. Cada raza equina también muestra una composición característica de las fibras musculares, lo que orienta claramente la elección de la disciplina para el caballo.
ADAPTAR LA RACIÓN DE PIENSO SEGÚN LA ACTIVIDAD
La diversidad de las fibras musculares del caballo permite esfuerzos de diferentes intensidades y duraciones. Como funcionan de manera diferente, es importante adaptar la dieta del caballo de acuerdo con su actividad.
En una caminata, las fibras musculares utilizadas trabajan aeróbicamente y utilizan grasa. Para el esfuerzo moderado y a largo plazo, también se utilizan otras fibras, siempre trabajan de forma aeróbica y utilizan grasas y azúcares. Más allá de un umbral, para un esfuerzo intenso y/o prolongado, el glucógeno (glucosa) presente en el cuerpo será muy utilizado por las fibras musculares que operan en modo anaeróbico. Por lo tanto, el consejo nutricional para un caballo activo es asegurarse de proporcionar una fuente de almidón en su dieta. El almidón, que se digiere fácilmente en glucosa, permite que los niveles de azúcar en la sangre aumenten rápida y significativamente. La ingesta de lípidos también debe integrarse en la dieta diaria, con el fin de limitar el uso de reservas de glucógeno.
Pasando un umbral de intensidad, el uso de glucógeno en forma anaeróbica aumenta considerablemente la energía permitiendo al cuerpo realizar este esfuerzo. Esta producción de energía libera ácido láctico en el cuerpo, que es el responsable de la aparición de la fatiga muscular: el ácido láctico. Este ácido es necesario para el buen funcionamiento de los músculos, pero puede ser dañino y temido en altas concentraciones y provocar dolor y falta de oxigenación de los tejidos. Como puedes ver, el objetivo del entrenamiento es empujar este umbral hacia atrás tanto como sea posible, para aumentar la capacidad aeróbica.
PREPARANDO AL CABALLO PARA EL ESFUERZO
El ácido láctico normalmente se elimina después de unos minutos después del ejercicio. Sin embargo, en grandes cantidades, el nivel de ácido láctico puede permanecer alto, lo que causa dolor muscular o calambres, o incluso síntomas más graves. Por lo tanto, es fundamental acompañar al caballo en su esfuerzo.
En preparación para un esfuerzo, el calentamiento permite elevar la temperatura corporal de los caballos, para acelerar el ritmo sanguíneo, preparando así el cuerpo y los músculos para proporcionar la energía necesaria para el esfuerzo. Este calentamiento se lleva a cabo en una arena relajante para el salto de obstáculos, el CCE y la resistencia, o durante las eliminatorias para las carreras de caballos. Durante las sesiones del club, el esfuerzo debe ser progresivo al comienzo de la lección. Con un calentamiento adecuado, se estimularán todos los músculos. De este modo, el organismo estará protegido de las secuelas musculares: tendinitis, desgarros, calambres, distensiones y otras patologías. Para completar los calentamientos, hemos diseñado nuestros bálsamos de calentamiento para ser utilizados en masajes para acelerar el aumento de la temperatura y preparar específicamente los tendones y músculos para el ejercicio.
FACILITAR LA RECUPERACIÓN DESPUÉS DEL EJERCICIO
Como jinetes, entrenadores y propietarios, podemos apoyar el cuerpo del caballo después del ejercicio, favoreciendo la eliminación del ácido láctico y evitando así trastornos musculares. La actividad intensa debe ir seguida de una fase de recuperación de varios minutos: a pie o al trote con riendas largas. Esta recuperación evita que el ácido láctico se almacene y desencadena el retorno al funcionamiento aeróbico en el cuerpo. Los masajes también son una fase clave de la recuperación. Además de preservar la relación humano-caballo, los masajes post-esfuerzo son esenciales para:
- Circulación sanguínea
- Circulación del sistema linfático
- Tono muscular y movilidad articular
- Eliminación de toxinas después del ejercicio
Gracias a su acción de calentamiento, nuestros bálsamos con o sin harpagofito dilatan los vasos sanguíneos, activando así la circulación sanguínea en los tejidos blandos y tendinosos. La eliminación de toxinas del cuerpo del caballo se estimula claramente, y así se evitan dolores, calambres y otros trastornos musculares.
Después de sesiones o competiciones intensas, el músculo del caballo tarda al menos 48-72 horas en recuperarse por completo, por lo que también es importante no hacer sesiones demasiado juntas durante una semana.